Autor: Carmelo Peralta y Mauricio Peñarrieta (*)
Fecha: 23/07/2018
El cacao amazónico boliviano ha ganado por tercera vez consecutiva un premio Internacional en el ‘Salón du Chocolat’ - Francia. Pero, ¿qué es lo que lo hace tan especial? Eso es lo que estamos tratando de averiguar en un proyecto conjunto entre, el grupo de investigación en Química de Alimentos de la Carrera de Ciencias Químicas de la UMSA y el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado - CIPCA.
¿Cuáles son las diferencias entre las plantas de Cacao amazónico de Bolivia y los del resto del mundo?
Para conocer esto, estamos recurriendo a la genómica, la investigación genética a nivel global de un organismo. Si los seres vivos tuviéramos un manual de instrucciones, éste sería la información genómica que tenemos codificada en forma de DNA. Esta información está separada en genes, que llegarían a ser los bloques de construcción de un organismo. Además, la información genómica nos permite identificar nuevos genes, variantes en las rutas metabólicas y cascadas de señalización, y nos permite conocer ciertos procesos biológicos y químicos, así como la susceptibilidad y predisposición a ciertas enfermedades.
Para hacer uso de esta nueva tecnología ya no es necesario invertir millones de dólares en comprar equipos secuenciadores, ya que existen muchas compañías que ofrecen el servicio de secuenciación a precios medianamente accesibles. Solamente es necesario tener un laboratorio de biología molecular básico y un clúster de bioinformática, con los cuales ya se cuenta en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
Con esta nueva tecnología simplemente basta con enviar ácidos nucleicos (usualmente DNA) con códigos secretos para proteger la información y ya no es necesario enviar tejidos vivos, ni semillas. El DNA se secuencia bajo códigos propios, en compañías especialistas en secuenciación fuera del país y dichas compañías depositan los datos crudos directamente en el clúster de servidores que hemos implementado (www.cncabo.umsa.bo).
Los datos crudos son analizados enteramente por investigadores en el clúster bioinformático boliviano que tiene instalado una gran variedad de software de libre acceso con la que se logra descifrar la información codificada en el DNA.
Las muestras de Cacao
con las que se trabajó fueron obtenidas de los sistemas agroforestales -SAF- de
la comunidad Miraflores en Puerto Gonzalo Moreno, Pando y la comunidad Nazareth
en Riberalta de Beni, del norte del país, particularmente de aquellas parcelas
ganadoras en el ‘Salón du Chocolat’. A partir de estas
muestras, se logró obtener entre 29 y 96 millones de secuencias de calidad
aceptable por muestra de DNA, que son unas 12 veces la información codificada
en el genoma del cacao. Esto permitió hacer análisis de variantes genéticas de
un solo nucleótido (SNPs por sus siglas en ingles).
Preliminarmente observamos que el cacao boliviano tiene una mayor similitud genética con el cacao criollo de Belize en Centroamérica, que, con el cacao amelonado del Ecuador en Sudamérica, que por ahora son los únicos genomas de cacao disponibles en bancos de datos genómicos internacionales.
Hemos observado variantes en genes involucrados en la defensa contra fitopatógenos que nos podrían dar claves para mejorar la resistencia de los cultivos a las diversas enfermedades y plagas que amenazan su producción anual. También, se observaron variantes en genes involucrados en la síntesis de metabolitos secundarios como los flavonoides (ej. la teobromina), que podrían ser los compuestos responsables de ese sabor especial del cacao boliviano y el chocolate ganador de premios internacionales.
Actualmente, los datos genómicos del cacao están
almacenados en el clúster bioinformático de la UMSA, que también está
funcionando como base de datos genómica para Bolivia, dónde se pueden encontrar
otros genomas de otras especies bolivianas como la quinua y próximamente la cañahua.
Para más detalles los invitamos a leer el artículo de revisión publicado en la
Revista Boliviana de Química (Rollano & Mollinedo, 2017).
Por otro lado, también
estamos llevando a cabo una investigación sobre las características
morfoagronomicas del cacao silvestre en las mismas comunidades del norte del
país, pero también en la Amazonía sur: Baures, y San Ignacio de Mojos, muy
conocidos por ser zonas cacaoteras. El objetivo es encontrar
las principales variables morfológicas y agronómicas que determinan en árboles
de cacao silvestres y de SAF los genotipos sobresalientes en cuanto a
características de alta productividad en diferentes periodos y variables
climáticas.
Esto permitirá consolidar una metodología para la obtención de las mejores plantas madres por región de la Amazonía boliviana para su reproducción en SAF y así mejorar los rendimientos y por consiguiente los ingresos económicos de familias campesinas indígenas.
Resultados preliminares nos indican una amplia variabilidad entre los genotipos estudiados de las diferentes áreas de la Amazonía para todas las variables utilizadas (32). No obstante, las características del fruto y semilla al momento muestran tener mayor influencia en el agrupamiento de los individuos analizados, así como están estrechamente relacionadas e identifican genotipos para buenos caracteres de productividad.
Asimismo, variables de porte de árbol como diámetro de copa, diámetro a la altura del pecho y altura de árbol no muestran una correlación fuerte con las variables de producción. Es posible sugerir que los resultados del presente permitan proponer criterios para una posible denominación de origen del cacao de Baures y con ello favorecer la preservación de la variabilidad genética nativa en Bolivia.
El CIPCA desde su enfoque de trabajo basado en investigación y acción en terreno, por más de 14 años viene promoviendo la producción de cacao ya sea de forma cultivada en los SAF o bajo el manejo y recolección de cacao silvestre en bosques gestionados por las familias indígena campesinas como parte de sus modos de vida.
Este tipo de producción ha demostrado importantes aportes en términos sociales y ambientales, así como su viabilidad para fortalecer el rol económico de las familias y comunidades en tierras bajas. Estas investigaciones seguirán aportando a la generación de evidencias que permitan posicionar la producción diversificada en tierras como un modelo de desarrollo más sostenible en tierras bajas en un contexto en que se está experimentando la incursión a modelos poco sostenibles basados en la monoproducción agrícola y pecuaria.
(*) Carmelo Peralta es investigador de CIPCA y Mauricio Peñarrieta es investigador de la UMSA y miembro del directorio de CIPCA.
Artículo publicado el domingo 22 de julio de 2018 en Página Siete.
Por una Bolivia democrática, equitativa e intercultural.