CIPCA Notas

Los nuevos desafíos del MAS

Autor: Xavier Albó (*)
Fecha: 29/02/2016

Al final, el No ganó el referéndum constitucional del pasado domingo, pero por un margen mucho menor del que indicaban los primeros resultados. Jallallas por el nuevo Tribunal Supremo de Justicia (TSE)/OEP. El matemático García Linera se acercó a su previsión, pero se quedó algo corto y expresó hasta el final su “derecho al pataleo”. En mi anterior columna ya me referí al, a mi entender, principal desafío del MAS. Es la búsqueda, selección y preparación de nuevos líderes como candidatos/as para fines de 2019. Insisto en que es deseable que sea originario, como lo fue Evo. Dos nombres con esa cualidad están ya en la esfera pública: David Choquehuanca y Félix Patzi.

A David Choquehuanca ya lo mencionó el propio Evo como una posibilidad, hace pocos días. Tiene en su haber toda su experiencia anterior a ser gobierno, como ejecutivo principal del programa interinstitucional privado NINA, durante una larga década, para la formación de nuevos líderes más allá de su entorno local, a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. Evo estuvo también en NINA, y guardo algunas sabrosas anécdotas sobre su participación.

Ya en el Gobierno, Choquehuanca ha tenido nuevas experiencias acumuladas en estos diez años como su permanente y único canciller. Su perfil ha sido más bien bajo, aunque de su primera gestión son algunos episodios sabrosos, no siempre bien entendidos ni interpretados, como su dicho de que aprendía más leyendo las arrugas de los ancianos que con los libros; o cuando propuso incluir coca (no cocaína) en la dieta de los bebés. Tuvo también un rol significativo en calmar los ánimos en el TIPNIS, donde fue incluso brevemente retenido por un grupo de mujeres. Varios hemos atribuido también a Choquehuanca la función oculta de ser la conciencia aymara del cocalero Evo, quien le sigue llamando “el sabio”.  

El otro es Félix Patzi, ministro de Educación del primer gobierno de Evo, y su primer candidato a ser gobernador de La Paz, hasta que una fiesta en El Alto lo quitó de en medio, por unos tragos de más. Ya de noche fue acorralado por la Policía en una calle céntrica de la ciudad con su carro dando tumbos entre la calzada y las aceras; por suerte, sin haber llegado a causar ningún accidente. Pocos días antes, Evo había advertido que a quien manejara en esas condiciones se le quitaría el brevet. Y así lo hicieron los funcionarios de Tránsito. Patzi apostó a un perdonazo, apelando a la justicia comunitaria en su propia comunidad, que le impuso como castigo preparar 1.000 adobes. Era plena época de lluvias, que no es la más adecuada para ello. Hizo los adobes, pero Evo y el MAS ya no se interesaron en él. Cabe discutir además si era competencia comunal intervenir en un delito de tránsito en otra parte. Al expresidente Jaime Paz Zamora le pasó algo semejante en Tarija a los pocos días, con el agravante de una muerte mientras él manejaba, también con unas copas de más. No le he seguido la pista, pero mucho me sospecho que con su influencia logró mantener su permiso de conducir.

Aunque formó su propio partido, Patzi finalmente se presentó como candidato de Sol.bo (de Luis Revilla, sucesor de Juan sin Miedo, con sus propias características): optó por llegar realmente a ser gobernador  más que ser solo candidato por su incipiente partido, que aún no tenía chances de ganar. Evo dice que es más difícil concertar con él que con el gobernador cruceño, Rubén Costas; y Patzi ya ha expresado su plan de ser el contrincante del MAS en 2020. ¿Podrá reencontrarse con el MAS ahora que ya no entrarán Evo ni Álvaro?... Aunque tal vez sí lo harán en 2025.

Ya llegarán otras candidatas y candidatos más jóvenes, sobre los que ya comentaremos en su momento. Pero en esas últimas líneas me referiré más bien al otro gran desafío de Evo-Álvaro en esos casi cuatro años de gobierno que les quedan por delante: gobernar superando las veleidades de su último tiempo, que apuntaban quizás más a la continuidad del actual binomio presidencial, a como dé lugar, incluso con discutibles concesiones a los oligarcas en temas como el medioambiente, asunto cada vez más urgente en los próximos años. 

 

 (*) Xavier Albó es antropólogo, lingüista y jesuita.

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