22/02/2018

Lluvias y desbordes de los ríos ponen en riesgo la seguridad alimentaria de familias indígenas y campesinas de tierras bajas

Olver Vaca, Alfredo Rousseau y Marcelo Valdez – CIPCA Beni

Lluvias y desbordes de los ríos ponen en riesgo la seguridad alimentaria de familias indígenas y campesinas de tierras bajas

CIPCA / 22 de febrero de 2018.- Las intensas lluvias concentradas en estos últimos meses marcan la ocurrencia de un año atípico para la agricultura de comunidades campesinas e indígenas de varios Municipios del departamento del Beni. El promedio de precipitación en los últimos 11 años fue de 1.924,71 mm por año, sin embargo, según el SENAMHI, desde diciembre de 2017 a febrero de 2018 llevan acumulados 1.367,6 mm, equivalente al 71% de lo que llueve al año normalmente. A ellos se suma la crecida y rebalse de los principales ríos que han llevado a la declaratoria de zonas de emergencia de 3 municipios San Andrés, San Javier y Huacaraje.

Este fenómeno ha causado el encharcamiento del 95% de las parcelas productivas de las familias de los municipios de San Javier y San Andrés, causando pérdidas del 30, 60 y hasta el 90% de sus productos. En el distro III de San Javier, la afectación ha sido en las vías camineras principales, vías de accesos a las parcelas y especies anuales principalmente. Según indican algunos productores, hay personas que han sacado préstamo del banco y debían pagar con la cosecha, situación que no se podrá realizar por el nivel de pérdidas que se ha sufrido.  

En el Municipio de San Ignacio de Mojos, se registraron pérdidas en la producción de alimentos en las comunidades del Territorio Indígena Multiétnico (TIM) y el Territorio Indígena Mojeño Ignaciano (TIMI). Entre los principales cultivos que han registrado pérdidas se encuentran: Yuca, plátano, maíz, camote y arroz. Por un lado el encharcamiento prolongado ha ocasionado la pudrición de la yuca, marchite y muerte de las plantas de plátano, muerte de las plantas de maíz, los cultivos de arroz que se encontraban en su primer ciclo de desarrollo, han muerto por anegamiento. Algunas especies de plantas de los sistemas agroforestales, han sido afectadas, es el caso de los cítricos, la exposición prolongada a condiciones de exceso de humedad del suelo, provoca asfixia de las raíces, aparición de enfermedades fungosas y la consecuente muerte de las plantas.

A la fecha, de acuerdo a reportes de las comunidades, se estima que en ambos territorios, las pérdidas en la producción de los principales cultivos, se encuentran alrededor de: 30% de la producción de arroz, 50% de plátano, 65% de yuca y 30% de maíz. Cuantificando dichas pérdidas a precio de mercado, son alrededor de 6 millones de bolivianos que las familias del TIM y TIMI dejarán de percibir.

 En el Municipio de Baures la crecida de los ríos Blanco y Negro, han provocado siete solturas de la carretera que une a la población con la capital beniana, quedado aislada causando la escasez de productos de primera necesidad y el encarecimiento de los mismos. El alza de los productos de la canasta familiar, el GLP de Bs. 35 a 90 la garrafa, gasolina especial de Bs. 5,5 a 8 el litro, transporte terrestre de Bs. 60 a 180 el pasaje, pollo de Bs. 14 a 20 el kilogramo, así mismo, la energía eléctrica que la Empresa de Distribución de Electricidad ENDE, ha tenido que reducir a un 50% las horas del servicio en todo el municipio.

En la zona las lluvias están afectando al maíz que se encuentra en plena etapa de madurez fisiológica, provocando el ataque de hongos a la espiga y el acame (doblez o inclinación que sufre el tallo de las plantas) por humedad, afectando a 7 comunidades en un 15% del área total sembrada, también la caída de plantas de plátano y la pudrición de la yuca por encharcamiento.

La recolección de recursos forestales no maderables como el cacao, sobre todo en los municipios de Baures y Mojos está siendo interrumpida, los caminos de acceso se encuentran anegados por el desborde de los ríos, arroyos y curichis, constituyéndose de alto riesgo para las familias desplazarse a dichas áreas. En la zona sólo se ha podido acceder a algunos chocolatales (árboles de cacao silvestres) y se ha evidenciado que ahora padecen de una excesiva humedad lo que lamentablemente hace perder la calidad del producto, teniendo como consecuencia la reducción de empresas que quieran comprar el producto para evitarse pérdidas.

Con todo esto las bases productivas de las familias indígenas que han sido afectadas, también tendrán consecuencias en su seguridad alimentaria, las y los productores de esta región exigen a las instancias encargadas por ley atender estas emergencias de forma oportuna y además pensar en acciones a largo plazo ya que es importante trabajar en propuestas y estrategias preventivas desde las instancias públicas municipal, departamental y nacional.

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