Artículos de opinión

Organizaciones campesinas en su mala hora

Autor: Freddy Villagomez - CIPCA Regional Altiplano
Fecha: 24/08/2023

Las organizaciones campesinas de Bolivia atraviesan su peor momento por las pugnas, divisiones y conflictos internos que enfrentan a sus lideres. Tras el último congreso de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), se han generado dos directivas que responden a las dos fracciones del MAS, dando lugar a la división de esta organización histórica que nació 1979, con el objetivo de recuperar la tierra, el territorio y mejoras las condiciones de vida de campesinos e indígenas. No hace mucho, también se organizó otra directiva de la Confederación Sindical de Comunidades Intercultural de Bolivia (CSCIB), alineada a una de las fracciones del MAS.  La crisis que enfrenta la CSUTCB quizá sea la más profunda desde su fundación, aunque a finales de los 90 del siglo pasado también hubo disputas entre sus lideres por el control de la organización matriz y el instrumento político en ciernes, para entonces denominada Asamblea por la Soberanía de los Pueblos. El actual conflicto tiene su propia particularidad, no responde a divergencias de agenda ni a posiciones políticas e ideológicas entre sus lideres, sino más bien obedece a disputas político partidarias de las dirigencias por el control del Movimiento al Socialismo y el gobierno nacional en las elecciones del 2025.

La división de las organizaciones campesinas es el resultado de las disputas de poder de las cupulas dirigenciales del MAS, por una parte, los denominados “radicales” a la cabeza del expresidente Evo Morales y, por otra, los “renovadores” al mando del presidente y vicepresidente del Estado Plurinacional, Luis Arce y David Choquehuanca. El conflicto y la disputa se inició a finales de 2021, pero fue subiendo de tono a medida que transcurría el tiempo, hasta alcanzar grescas violentas en distintos eventos orgánicos y, recientemente, en el último congreso de la CSUTCB.

Estas peleas político partidarias por el control del MAS, no solamente conflictúa a las organizaciones campesinas y dirigentes del nivel nacional sino también repercute en las instancias departamentales e incluso provinciales, haciendo que las dirigencias tomen partido por una y otra facción. Esto puede llevar a confrontaciones violentas por las sedes sindicales, como está sucediendo en la Federación de campesinos de Potosí e, incluso, puede cobrar vidas como sucedió con la Asociación Departamental de Productores de Coca (ADEPCOCA), no hace mucho. Las organizaciones campesinas jugaron un rol protagónico en los años 2000, participando activamente en las movilizaciones sociales y proponiendo alternativas para salir de las crisis de entonces, interpelaron al modelo neoliberal, al sistema de partidos basado en pactos y, aglutinados en el Pacto de Unidad, elaboraron una propuesta para la Asamblea Constituyente, realizado entre 2007 y 2008. Estas organizaciones campesinas, en tanto fundadoras del MAS, apoyaron militantemente al gobierno del MAS y al “proceso de cambio”, incluso dejando de lado reivindicaciones y agendas históricas propias de su sector. Este apoyo incondicional al gobierno del MAS les distanció de las bases y erosionó su independencia organizativa, en ciertas ocasiones, antes de responder a sus bases, respondían a los mandatos políticos del partido o del gobierno.
 La actual fragmentación de las organizaciones campesinas desde las cúpulas partidarias nos remonta a los conflictos armados entre campesinos del Valle Alto de Cochabamba, ocurrido entre los años 1960 y 1964, denominada “champa guerra”, el cual obedecía a las disputas políticas entre los lideres del Movimiento Nacionalista Revolucionario, entre Víctor Paz Estensoro y Walter Guevara Arce, cuando este partido estaba en proceso de descomposición. Este evento cobró muchas vidas de campesinos y dio lugar el Pacto Militar Campesino en 1964 que duró hasta la masacre de Tolata y Epizana (Cochabamba) en 1974.

La CSUTCB, la CSCIB y Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia – Bartolina Sisa fundaron el IPSP-MAS para acceder al poder a los distintos niveles de gobierno, proceso iniciado desde mediados de los 90 del anterior siglo, las estructuras de estas organizaciones fueron también las estructuras del instrumento político, y se decía que el instrumento era el brazo político de estas organizaciones, es decir, que las decisiones sobre el accionar del Instrumento eran tomadas por las organizaciones sociales. Sin embargo, el MAS, se ha convertido cada vez menos instrumento y más partido, fue tomando autonomía y decisión sobre las organizaciones que dieron lugar a su origen. Ahora, paradójicamente el instrumento político que debía fortalecer a las organizaciones campesinas los fragmenta y confronta inescrupulosamente.

La confrontación y la división de las organizaciones campesinas por cuestiones político partidarias y disputas de poder profundizará la desarticulación entre las bases y las dirigencias y, a su vez, las demandas estratégicas e históricas seguirán postergadas. La situación económica productiva de campesinos e indígenas continúa rezagada, las condiciones precarias de producción no han sido superadas y, estas a su vez, son agravadas por los efectos del cambio climático. Es importante la unidad y la fortaleza de las organizaciones campesinas e indígenas para la reivindicación de sus derechos y la mejora de sus condiciones de vida.

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